Científicos y gestores han analizado conjuntamente los problemas medioambientales que afectan al Mar de Alborán, en una reunión que servirá para elaborar una serie de políticas de gestión de este espacio adaptadas a su realidad.
Gestores y científicos se sientan en la misma mesa para abordar una nueva fórmula de gobernanza para el Mar de Alborán. Este encuentro, el segundo de una serie de tres, ha servido para que los científicos pongan sobre la mesa una serie de aspectos indispensables para la realización de una gestión sostenible de uno de los espacios medioambientales más importantes del Mediterráneo.
Encuentros ante el cambio climático en el Mar de Alborán: Diálogo Ciencia-Gestión, que del 19 al 21 de junio se celebró en Málaga, abrió la puerta a nuevas formas de gestionar el medio ambiente, de introducir conceptos como la gestión adpatativa del medio y, sobre todo, fue un espacio común en el que dirigentes de una y otra orilla del Mediterráneo escucharon las opiniones y estudios de un grupo de científicos, considerados de referencia en el conocimiento de este espacio natural, donde se producen los intercambios de aguas con el Atlántico que tanta vida aportan al conjunto del Mar Mediterráneo.
Esta cita pertenece al Programa Operativo de Cooperación España Fronteras Exteriores (POCTEFEX) y, más concretamente, se enmarca en el proyecto denominado Espacio Transfronterizo de Gestión Natural Compartida-Alborán, en el que colaboran el Centro de Cooperación del Mediterráneo (UICN) y el Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG).
Este encuentro contó con la participación de medio centenar de expertos de España y Marruecos, especializados en diferentes disciplinas tanto del ámbito científico como de la gestión, que se reunieron con el objetivo de crear una plataforma de interfaz entre científicos y gestores de España y Marruecos, para abordar asuntos relacionados con el cambio global en la cuenca marina de Alborán.
La dinámica de esta reunión entre gestores y científicos consistió en el desarrollo de tres talleres en los que unos y otros analizaron las debilidades y fortalezas que plantea la aplicación del enfoque ecosistémico en la cuenca marina de Alborán; los impulsores directos del cambio, generadores de los problemas ambientales más relevantes; así como los principales servicios ecosistémicos afectados por las alteraciones inducidas en este mar.
Los participantes en la cita debatieron sobre los principales problemas ambientales que afectan a la franja de Alborán, y acordaron que las principales amenazas vienen representadas por el cambio de uso del medio, la ocupación intensiva del litoral, el transporte marítimo y la contaminación.
Los integrantes del encuentro reconocieron que las áreas marinas de Alborán son espacios proveedores de servicios para la población, aunque para que éstos se mantengan es necesario introducir una serie de códigos de buenas prácticas, que muestren cómo una gestión eficaz de la conservación puede contribuir a la mejora de las actividades socioeconómicas de la zona.
Otro de los talleres del Encuentro se encargó de recabar información sobre todos los grupos de investigación que se están desarrollando en el Mar de Alborán, en relación con el estado de conservación de cetáceos y tortugas marinas. En el desarrollo de esta mesa de trabajo pudieron comprobar el conocimiento amplio que hay en torno a estas especies. Del mismo modo, describieron los problemas que ponen en peligro a estas especies, como la sobrepesca, las capturas accidentales, el ruido antrópico y la contaminación, entre otras.
La reunión de Málaga también permitió el intercambio de información sobre el grado de aplicación de los modelos de gestión integrada de zonas costeras de acuerdo con el Protocolo de la Convención de Barcelona, ratificado por España y Marruecos.
Las conclusiones que se alcanzaron en el encuentro malagueño servirá de base para el desarrollo de un tercer encuentro, que se celebrará en Cádiz, y en el que participarán gestores, científicos y, como novedad, usuarios del espacio marítimo. Entre los tres elaborarán una propuesta consensuada de indicadores, para facilitar el seguimiento del cambio global en la cuenca mariana de Alborán, bajo una perspectiva ecosistémica.
Alborán está considerado un espacio privilegiado para la vida; al mismo tiempo, esta franja costera del Mediterráneo está sometida a un presión humana, a través de las actividades como la pesca, el turismo o incluso el tráfico marítimo. Todas estas actividades son compatibles con la conservación de los espacios, siempre y cuando se apliquen modelos de gestión ecosistémicos, que suponen una manera más actual de entender los espacios naturales, al contemplar las actividades humanas como uno más dentro del equilibrio que debe haber en el espacio.
Esta porción del Mediterráneo es uno de los espacios naturales más ricos en biodiversidad, y también es uno de los más sensibles a los efectos que provocará el cambio global. Alborán está comprendido entre el Estrecho de Gibraltar y el Cabo de Gata, y alcanza las orillas europea y africana. En su entorno se desarrolla una enorme cantidad de vida que es continuamente alimentada por el flujo de agua y nutrientes que entra desde el Océano Atlántico, una fuente que está constantemente renovando las aguas de todo el Mar Mediterráneo.
El Mar de Alborán es un espacio que también está sometido a la presión antrópica desde sus dos orillas, que está alterando sus tiempos naturales. Alborán es vulnerable, los efectos asociados al cambio global se sentirán con más intensidad y antes que en otras regiones, de ahí la importancia de actuar en él y aprender de sus respuestas. Esto explica que este mar también se haya convertido en un laboratorio excepcional para estudiar el cambio global.
La destrucción de los ecosistemas que ha conllevado la urbanización de la costa, el vertido de contaminantes o la sobreexplotación pesquera a la que se ve sometido son algunos de los problemas a los que se enfrenta este mar. Y no se pueden afrontar de forma unilateral, desde solo una de sus orillas, sino que debe ser una actuación conjunta entre los estados que comparten sus aguas, como son España y Marruecos. Una estrategia común y ajustada a los avances científicos se perfila como una de las soluciones para la gestión de un territorio del que el ser humano obtiene muchos beneficios económicos, en forma de recursos pesqueros o con la explotación de su litoral desde el punto de vista turístico.
La elaboración de una estrategia de gestión para Alborán requiere la participación de científicos, gestores y usuarios en un foro común, donde se expongan la opiniones de unos y otros, y se casen los usos del espacio marítimo con los criterios científicos. Las dos reuniones celebradas hasta ahora, en Almería y Málaga, son un primer paso para alcanzarlo e imprimen una nueva forma de interactuar con el territorio.
