Alejandro Sanz volvió a enamorar a sus fans almerienses con un concierto en el que repasó sus últimos temas y dio cabida a las canciones que le han acompañado durante toda su carrera. La expectación que despertó uno de los artistas españoles más internacionales fue importante, tanto que el Palacio de los Juegos Mediterráneos estaba prácticamente lleno.
Enormes colas compuestas de caras llenas de ilusión y de ganas por ver al cantante internacional se disponían a las puertas del Palacio de los Juegos Mediterráneos.
El concierto comenzó con algunos desajustes de sonido, que quedaron solucionados tras las dos primeras canciones. Solventado el problema, todos los asistentes pudieron disfrutar de una velada maravillosa, con un concierto muy bien preparado en cuanto puesta en escena, calidad de sonido y actuación del artista.
El concierto duró cerca de una hora y media, en la que el cantante pudo deleitar a su público con sus temas más relevantes; dieciocho maravillosas canciones compuestas por el artista, aunque decidieron ofrecer un gran final al concierto, con los éxitos más recientes. Es decir, con las canciones que todo el público asistente se vendría arriba, las cuales todo el mundo estaba esperando escuchar desde que comenzó el acto. El público alzaba la voz en cada detalle, con cada canción, siempre realizaban muestras de emoción y admiración.
Durante todo el concierto, Alejandro Sanz hizo referencia a la ciudad como uno de sus sitios preferidos, destacando la calidez de su gente y, sobre todo, la magia que imprime el carácter andaluz. Bien lo sabe él, ya que pese a haber nacido en Madrid, sus raíces son sureñas.
El público se hizo partícipe directo de cada una de las canciones, especialmente de las más antiguas, con las que repasó su intensa carrera.
