De forma periódica aparecen noticias en los medios de comunicación sobre el nivel de la Balsa del Sapo. Más allá de esas informaciones, que reflejan la preocupación de los agricultores que ven cómo la subida del agua anega sus invernaderos, hay un espacio natural de un altísimo valor ecológico y que puede suponer, junto al resto de humedales del Poniente, un atractivo de primer orden para el turismo medioambiental. ¿Se está aprovechando? Evidentemente no, aunque hay ideas para hacerlo. La revista Nova Ciencia explica el potencial turístico y ambiental de esta masa de agua en la que viven varias especies en peligro de extinción.
Cuando se pasea por Las Norias de Daza y se pregunta a los lugareños por cómo llegar a la Balsa del Sapo, la primera reacción es la de extrañeza, porque no entienden cómo esa masa de aguas que tantos problemas les acarrea puede ser un atractivo.
La Balsa del Sapo afloró como respuesta a la extracción masiva de limos para los invernaderos, que dejaron a la luz un paso de agua subterráneo procedente del acuífero de la Sierra de Gádor. La Balsa es, además, el lugar por el que salen a la superficie las aguas filtradas en los invernaderos que se ubican justamente más a arriba, que se convierten en una fuente de alimentación difícil de detener.
Esto ha provocado que el nivel del agua de la Balsa del Sapo no deje de crecer y se hayan tenido que poner medidas correctoras que, hasta la fecha, han costado unos 13 millones de euros, y que todavía no han dado una solución definitiva al problema, que según han explicado diversos expertos, sería la construcción de un túnel que conectara la balsa directamente con el mar. El problema es que esta actuación tiene un coste de 40 millones de euros.
Nova Ciencia presenta un proyecto de puesta en valor de este espacio ambiental, impulsado por varios empresarios de El Ejido, cuya ilusión es crear un parque ornitológico en una de las fincas colindantes a la Balsa del Sapo, que sirva para interpretar los valores ambientales del entorno, al tiempo que se convertirá en la primera acutación seria para la puesta en valor del humedal.
Hablando de medio acuático, la revista Nova Ciencia dedica un reportaje al encuentro entre gestores y científicos celebrado en Málaga, y que fue organizado por el Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG) de la Universidad de Almería. Esta cita fue un escenario en el que gestores y científicos debatieron sobre la necesidad de desarrollar unas políticas ecosistémicas para preservar el Mar de Alborán, que tuvieran en cuenta la actividad humana que se desarrolla en este entorno marino.
Como viene siendo habitual en estas fechas, Nova Ciencia presenta la oferta de másteres y doctorados de las universidades de Almería y Católica San Antonio de Murcia, dos centros con una oferta destacada de programas de postgrado, con los que los alumnos tendrán oportunidad de prepararse concienzudamente para el panorama laboral actual.
Además, en la sección de Campus, Nova Ciencia hace un repaso de los acontecimientos más destacados de la Universidad de Almería, entre los que se encuentran el cambio en el equipo de Gobierno y la celebración del Campeonato de Europa Universitario de Fútbol.