La movilización se hace más intensa a medida que se acerca el derribo. La plataforma Salvemos el Toblerone ha convocado, para hoy martes, una concentración para formar una cadena humana, que muestre su luto por la desaparición de este edificio.
Las reacciones en torno a la demolición del silo de mineral construido en 1972 no se hicieron esperar y llegaron desde todos los ámbitos. Uno de los que se pronunció fue el concejal de Urbanismo de Almería, Pablo Venzal, que explica en un diario local que conservar este edificio costaría a la ciudad más de 100 millones de euros.
Venzal hace hincapié en la necesidad de su derribo, en la medida en que el dinero ingresado por el convenio urbanístico de las viviendas que se levantarán en este espacio de la ciudad servirá para financiar parte del proyecto de soterramiento.
El edil de Urbanismo ha recordado que el Toblerone es una propiedad privada, y que adquirirlo supondría un desembolso de unos 50 millones, más otros 60, que costaría rehabilitarlo.
En el mismo sentido se ha pronunciado el Alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, quien ha explicado que el derribo de este edificio cuenta con todos los permisos y responde a un plan urbanístico aprobado hace tiempo, con el visto bueno de las tres administraciones que intervienen en el soterramiento, como son Ayuntamiento, Junta y Estado.
Piden amparo a la Junta
Los defensores del Toblerone se pusieron en contacto con la consejera de Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que ayer estaba en Almería, para solicitarle que la Administración andaluza tenga en cuenta la petición de declarar este edificio como Bien de Interés Cultural y que todavía no ha tenido respuesta.
En cualquier caso, la movilización en defensa de este edificio continúa hoy, con una cadena humana que abrazará al Toblerone, para darle su último adiós. La plataforma ha convocado esta movilización para las ocho de la tarde de hoy, y solicita que los participantes muestren su luto con ropa y crespones negros.
Recordemos que los miembros de la plataforma consiguieron paralizar las obras en la mañana de ayer, después de que un grupo de ellos se encaramaran a la cornisa del edificio, algo que les ha costado una denuncia por coacciones, interpuesta por la empresa Suncrest, propietaria de los terrenos.
A través de un comunidado, el presidente de Suncrest, Joaquín Salvador Padillo, ha afirmado que el silo de mineral «no llegó a ser un elemento de utilidad arraigada en la ciudad ni mucho menos un referente para generaciones. Es más, motivo de su condición de elemento discordante tanto en cuanto a la visión general de la ciudad como a las comunicaciones de una parte importante como la que conforman El Zapillo, El Tagarete, Ciudad Jardín y Nueva Almería, en 1998 el PGOU de la ciudad aprobó su derribo».
En el mismo comunidado, el presidente de Suncrest muestra su sorpresa porque desde que fue aprobada la demolición del Toblerone nunca hasta ahora ha habido «manifestaciones ciudadanas ni propuestas políticas o institucionales que se encaminen a su protección especial. Es más, la ciudadanía ha contado los días para llegar al momento de retirarlo».
Proyecto para el espacio del Toblerone
Suncrest explica que con la demolición del silo de mineral se dotará a la ciudad de una parcela de 180.000 metros, de los cuales 100.000 serán zonas verdes y lugars de esparcimiento. De todo este terreno, 18.000 metros, según la empresa, estarán destinados a la construcción de edificios y que los «ingresos producidos por el proyecto general irán destinados a sufragar el soterramiento de las vías del tren».