Las promesas de fe llevan a realizar gestas difíciles de imaginar, como la de un templario barcelonés que recorrió andando los 900 kilómetros que separan Poble Sec y Bacares por una promesa. El protagonista de esta historia ocurrida en 2006 invirtió 28 jornadas de camino para cruzar de norte a sur toda la península, todo por una fe desmedida que le hizo ganar los jubileos del Cristo Amarrado a la Columna de Jumilla (Murcia) y el de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca (Murcia).
Este miembro de la Orden del Temple se armó de valor para llegar andando hasta la iglesia del Cristo del Bosque de Bacares. Nada le importaron los 900 kilómetros a pie que tuvo que recorrer, las inclemencias del tiempo que sufrió y tampoco los problemas de salud que le obligaron a visitar los servicios de urgencia en tres ocasiones.
A lo largo de su peregrinar, este caballero templario gastó 2.000 euros, oyó 83 misas y comulgó en cada una de ellas. Además, recibió varios homenajes por su gesta, como el que le prepararon los miembros de la Orden de Los Templarios jumillanos, que le recibieron con honores en la pedanía de Fuente del Pino.
En la Puebla de Don Fadrique (Granada) la autoridad municipal, y una dotación de la policía local, lo recibieron a la entrada de la ciudad y lo condujeron en comitiva hasta la alcaldía donde la alcaldesa en funciones, Rosa María Fernández Beteta, lo recibió en el despacho del alcalde.
Bacares, su meta final, tras 17 kilómetros de ascenso por la sierra almeriense, con desniveles de 1.800 metros, el párroco dispuso retrasar la misa de las 13 h. hasta su aparición.
Vecinos, Hermano Mayor de la Hermandad del Santísimo Cristo del Bosque, y miembros del Temple recibieron a este barcelonés, del Poble-Sec, con una salva de aplausos y canciones de la serranía.