La 'resurrección' de Ignacio Sánchez Mejías

La 'resurrección' de Ignacio Sánchez Mejías

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El negro, color luto, que regalaban las luces apagadas en el Maestro Padilla poco antes de que comenzara el espectáculo protagonizado por el Ballet Flamenco de Andalucía servía de antesala a lo que se convirtió en una noche de fiesta para la cultura almeriense. Guitarras, taconeos y una puesta en escena envidiable, hicieron las delicias del público que se dio cita en el patio de butacas del Auditorio Municipal.

Amparada por el rasgueo de la española comenzaba una representación escénica, basada en la expresión corporal y la pasión desgarradora de los bailarines, que hilaba la historia que un desesperado Federico García Lorca escribiera para su amigo el torero Ignacio Sánchez Mejías, muerto en 1934 tras una cogida.

“¡Que empiece la fiesta!”. Con estas palabras uno de los protagonistas daba por inaugurada la función. Entonces, un colorido abanico de vestidos al vuelo y taconeo por bandera. Baile flamenco cultivado en la excelencia, fruto del incansable trabajo del Ballet Flamenco de Andalucía, que acudía a Almería bajo la dirección de Rubén Olmo.

Poco a poco, acto tras acto, iban hilándose las secuencias de una vida de dedicación al toreo, entre las que se encontraban, por ejemplo y en letras de oro, el amor, la pasión, las costumbres más castizas y muchas referencias al mundo de la tauromaquia, con grandes demostraciones de destreza, capote en mano.

La primera escena, ‘Fiesta por bulería’ refleja la felicidad en la cara de los protagonistas que dejaron lo mejor de sus gargantas en el escenario, derrochando duende y carisma. ‘Fuego fatuo’ y ‘Tangos de Graná’ seguidos de un ‘Fandango de Huelva’ hacían de introducción para lo que iba a convertirse prácticamente en una fiesta sobre las tablas.

Ya entrados en el coso taurino, el sonido del pasodoble y la irrupción de la res, todo ello acompañado por una magnífica puesta en escena, medidos los pasos y movimientos al milímetro, caras en tensión, secuencia de acciones. La muerte del diestro quedó evidente tras la representación de la batalla, lucha del hombre contra la bestia, un momento espléndido en el que prima la emoción del qué pasará. Ya queda, con la ‘Plaza de Manzanares’, Sánchez Mejías en el suelo y suena a lo lejos la retahíla de versos nacidos del alma desgarrada del poeta de Fuentevaqueros para su amigo. “Eran las cinco de la tarde, las cinco en punto de la tarde”. La voz de Antonio Canales flotaba por un ambiente diferente, que en aquellos momentos era herencia del halo trágico en que se había convertido la función, perlado por la presencia del reloj con las manecillas marcando la hora fatídica: las cinco en punto de la tarde.

Continuando el guión marcado por el granadino, el alma del matador empezaba a clamar libertad, con un baile desgarrador con el que el protagonista se adueñaba del escenario atrayendo las miradas fascinadas de un auditorio entregado, en todo momento ofreciendo un silencio respetuoso.

Durante la obra, que pretendía ser homenaje a este conocido andaluz, aparecieron en escena los personajes de La Argentinita (Sara Vázquez) o Lola Gómez, mujer de Ignacio, interpretada por Patricia Guerrero. Rubén Olmo dio vida al poeta granadino, autor de los versos que dan nombre a la obra.

La compañía dirigida por Olmo pretende, con esta nueva puesta en escena tras el éxito de ‘Metáfora’ continuar profundizando en un arte tan español como el flamenco al que dotan de un deje contemporáneo, a modo de distintivo de calidad. Para la música, un muy bien seleccionado repertorio en el que aparecen tangos granadinos o piezas como ‘El amor brujo’.

Con dirección artística y coreografía de Rubén Olmo, ‘Llanto por Ignacio Sánchez Mejías’ también cuenta con los cantaores Juana Salazar ‘La Tobala’ y Cristian Guerrero y los solistas Patricia Guerrero y Eduardo Leal. Bailarán Sara Vázquez, Ana Agraz, Marta Arias, Maise Márquez, Sara Arévalo, Juan Carlos Cardoso, Ángel Fariña, Fernando Jiménez y Álvaro Paños. A la guitarra están Daniel Jurado y Michele Iaccarino, y percusión de David ‘Chupete’.

Esta obra se estrenó por primera vez en Granada y se creó especialmente para el ciclo de ‘Lorca y Granada en los Jardines del Generalife’. La historia es narrada a través de la música del guitarrista onubense Manuel de la Luz y transcurre con coreografías geométricas y coordinadas al son de seguiriyas, fandangos o tangos.

El Ballet Flamenco de Andalucía se creó hace 17 años y su trayectoria está avalada por diferentes reconocimientos de público y crítica, como el Premio Nacional de Coreografía por el montaje ‘El perro andaluz’, dirigido por María Pagés, y varios Premios Max de Teatro. Asimismo, la compañía ha sido una inagotable cantera de grandes artistas, de la que han salido figuras del baile actual como Israel Galván, Isabel Bayón, Rafael Campallo, Belén Maya, Rafaela Carrasco, Fernando Romero, Mercedes Ruiz y María José Franco, entre otros.

Tras la función de ayer, esta noche en el mismo escenario tiene lugar una nueva representación, para aquellos que no pudieron asistir a disfrutar de la obra.

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