La galería Kartón, en Huércal Overa, rinde tributo al artista catalán Antoni Tàpies, desaparecido el pasado mes de febrero, con una exposición en la que, hasta el 11 de enero, se muestran una veintena de obras del artista que revolucionó el lenguaje de la pintura.
Antoni Tàpies supo aunar sobre un lienzo los óleos y elementos que antes eran completamente ajenos a la pintura, como la arpillera o trozos de madera, todo para conseguir un enriquecimiento tridimensional de la obra. Su trabajo nunca ha estado libre de polémica y han sido muchos los que le criticaron a lo largo de su trayectoria.
El objetivo de la exposición, según explican desde la galería, es ofrecer una «visión didáctica» de la obra gráfica de este pintor catalán. En las obras se podrá apreciar como además de rasgar y hendir a menudo el soporte, ha utilizado recursos como el collage, el flocado y el acumulo de materia. Con ello no solo ha hecho frente a sus necesidades expresivas, centradas en el realce de la dimensión táctil de las superficies y la valoración de texturas, sino que además ha enriquecido las técnicas tradicionales del grabado.
La obra grafica de Tápies corre pareja, en cuanto a su carácter y desarrollo, con su pintura y su escultura, ya que el enfoque artístico es fundamentalmente el mismo. La evolución de la obra de Antoni Tàpies se ha mostrado, ante todo, coherente a lo largo de su carrera.
Desde los años cuarenta y cincuenta, Tàpies comenzó a tratar motivos, temas y líneas creativas que desarrolla durante el resto de su carrera. Pero sin duda, como él mismo ha afirmado, es a finales de los cincuenta cuando comienza su recorrido como un artista verdaderamente maduro. En esta muestra se puede apreciar la evolución del artista, así como su fina sensibilidad que le ha llevado a un constante dialogo con el arte y la sociedad de su entorno, este intercambio es fundamental para su obra.
Las veintitrés piezas que podrán verse en Huércal-Overa, fueron creadas entre los años 1969 y 1990, este periodo permite un acercamiento al pensamiento y evolución del artista. En ellas podremos apreciar desde el surrealismo que fue el que, con su exploración del subconsciente, fijo las bases del pensamiento de Tápies, pasando por la pintura materica y el estilo informalista y su reacción contra la academización del arte abstracto, la utilización de imaginería relacionada con sus orígenes y la enfatización de símbolos caligráficos, una obra en la que como el decía: “Siempre estoy experimentando con nuevas ideas y nuevas técnicas. Siempre trato de sorprenderme a mí mismo”.
De esta manera, las obras expuestas están salpicadas de sus característicos trazos y escrituras, de cruces y números e impregnadas de ocres, grises, negros y rojos.