‘Balance de una década. Diez años de Mediterráneo Económico (2002-2012)’ es un número especial de una de las mejores colecciones de debate económico de este país. Cuenta con las aportaciones de los coordinadores de los 19 volúmenes anteriores, autores de primer nivel que revisan los postulados planteados en la colección.
Manuel Pimentel, Josep Borrell, Juan Velarde, Antón Costas, Horacio Capel, Cristina García-Orcoyen, Frnacisco de Oña, Francico J. Ferraro, Pedro Schwartz o José Carlos Díez son algunos de los expertos que han participado en este número especial, que coordinan Jordi Nadal i Oller y Juan Velarde.
La presentación de este número especial se llevó a cabo ayer tarde en la Casa de las Mariposas, en un acto en el que participaron el presidente de la Fundación Cajamar, Juan del Águila, el director de la colección, Jerónimo Molina, y los autores Antón Costas y Francisco Ferraro.
Durante la presentación de esta obra, Jerónimo Molina explicó el nacimiento de este número especial, que a finales de 2010 se planteaba como un volumen especial para explicar la salida de la crisis. Sin embargo, los acontecimientos han ido en otra dirección y han obligado a realizar un revisión de los artículos publicados, a modo de análisis de la evolución socioeconómica de la última década.
Molina explicó cómo algunos de los autores ya hablaban de lo que se nos venía encima, «ya desde 2005 se hablaba de la dinámica negativa que estaba tomando la economía», explicó el director de Mediterráneo Económico. Y como ejemplo también citó el artículo que Josep Borrell escribió en 2007, y en el que abordaba las consecuencias negativas que acarreaba el no a la constitución europea que dieron Francia y Holanda, y que ahora se ha traducido en la enorme crisis de deuda de toda la zona euro.
Antón Costas, que dirigió el número 18 de esta colección, explicó su aportación a este número de balance de una década, pero hizo un mayor hincapié en la «ineptitud» que han demostrado los políticos para gestionar la crisis desde 2010, que ha llevado a Europa y al mundo a un «marasmo» sin parangón.
Costas parafraseó a San Agustín al criticar el interés que muestra la Unión Europea por controlar el déficit, un obsesión, explicaba, que puede acabar en un depresión profunda de la economía, tesis también expresadas en los últimos días por el Fondo Monetario Internacional.
«Concédeme la austeridad, pero no ahora mismo», dijo Costas, para explicar que, si bien es necesario un control del déficit, no se puede hacer en tan poco plazo de tiempo, y tampoco se debe abandonar la búsqueda del crecimiento económico.
