Juan Martínez Barea es una de esas personas que saben hacer ver el camino correcto. Este experto en innovación está comprometido con la formación de líderes a través de la Fundación Eduarda Justo, que el próximo mes de septiembre celebrará la quinta edición del seminario Líderes del Futuro, un encuentro de jóvenes con expertos de nivel internacional.
Ante la que tenemos encima, ¿hay algún líder capaz de sacarnos del pozo?
No debemos esperar la llegada de un gran líder que nos salve a todos. Si queremos construir una mejor España, más próspera y más avanzada, el único camino es un cambio radical en la mentalidad y los valores del país, en el que TODOS los ciudadanos asuman la responsabilidad individual sobre su futuro. Si todos asumiéramos que somos los máximos responsables de nuestro futuro, y no esperáramos que sean otros los que nos salven, nuestro futuro como país y como sociedad sería muy diferente.
¿Qué ha ocurrido con muchos líderes de la sociedad, como políticos, empresarios, banqueros… que han perdido su capacidad?
Desgraciadamente, no tenemos tantos líderes. Tenemos profesionales en la cúpula de las diferentes instituciones del país, pero ¿cuántos son verdaderas locomotoras que se echen sobre sus hombros la construcción del futuro de España? Necesitamos muchas más locomotoras. Desgraciadamente, hay pocas locomotoras y muchos vagones.
¿Qué condiciones debe reunir una persona que quiera ser líder?
No hay fórmulas mágicas. Hay muchos tipos de líderes, con capacidades muy diferentes. Si tuviera que destacar una, sería el compromiso. Los líderes que necesitamos son personas que se comprometan de verdad, que estén dispuestas a trabajar sin descanso, a asumir riesgos, y a echarse sobre sus hombros la responsabilidad de mejorar nuestra sociedad.
Se dice que la crisis actual también es una crisis de valores, ¿qué hemos dejado en el camino?
Estoy totalmente de acuerdo. En España vivimos una crisis de valores, pero no lo centraría sólo en la obsesión por el dinero, que parece que es lo único que se destaca en los medios. Pienso que es mucho más importante la ausencia generalizada de los valores de la responsabilidad individual, del esfuerzo, del sacrificio para conseguir las metas, del amor por el trabajo bien hecho, etc. En esos valores nos educaron nuestros abuelos y padres, y ahora los echo de menos en las nuevas generaciones.
Parte del trabajo de un líder es generar ilusión, ¿cómo se consigue eso ahora?
Nunca antes ha habido más oportunidades que hoy en día. Nunca antes la tecnología, la conectividad y la globalización han confluido para generar un futuro tan brillante como el que tenemos ante nosotros. Nunca antes en la Historia ha sido menos importante la geografía. Cualquier persona, en cualquier parte del mundo, tiene a su disposición todos los recursos y oportunidades para competir con los mejores del mundo. Pero desgraciadamente de esto no se habla. Sólo se habla, y los medios tienen también mucha culpa, de los problemas y de la parte oscura del futuro. Hay que hablar mucho más de la cara brillante del futuro que viene.
Seminarios como el de la Fundación Eduarda Justo levantan el ánimo de los participantes, ¿es ése el objetivo presente al diseñarlos?
Absolutamente. Nuestro seminario tiene dos grandes objetivos: primero, abrir los ojos a los participantes para que vean este maravilloso futuro que viene, y para que identifiquen cuáles son las capacidades y actitudes que tendrán que desarrollar para conquistarlo. Y en segundo lugar, motivarlos para que no sólo se desarrollen como profesionales y exploten todo su enorme potencial, sino que además se comprometan para convertirse en las locomotoras que necesita nuestra sociedad.
Deportistas, directivos, emprendedores… el perfil de los ponentes es muy variado, pero todos tienen algo en común, ¿el qué?
Los valores. Esos valores que yo mencionaba antes, y que escasean en nuestra sociedad. Todas son personas que en un momento de su vida asumieron la responsabilidad plena sobre su futuro, y decidieron esforzarse y trabajar más que el que más por alcanzar sus metas, primero pequeñas, luego más grandes. Los ponentes que traemos son personas que muestran cuál es el camino a seguir por nuestra juventud, principalmente en lo que se refiere a actitud y valores.
La situación actual ha sumido a la sociedad en el desánimo, ¿cómo darnos cuenta de que de ésta sólo salimos si nos lo proponemos?
Enfrentándonos cara a cara con la realidad. Este nuevo mundo que emerge, puede ser el mejor o el peor de los mundos. Todo dependerá de la actitud con la que cada uno de nosotros lo enfrentemos. Tenemos que darnos cuenta de que todo está en nuestra manos; en las manos de cada uno de nosotros está nuestro futuro. No miremos a los demás: ni al gobierno, ni a las multinacionales, ni a nadie. Todo está en nuestras manos.
Además, en nuestra sociedad está muy implantada la tendencia a buscar culpables en vez de ver nuestra propia responsabilidad, ¿no?
Buscar culpables es el camino más fácil para evitar asumir responsabilidades. La culpa de nuestros problemas es siempre de otro, no de nosotros mismos. Como ya he dicho, la revolución más importante que tiene pendiente nuestro país es la de la responsabilidad individual. Cuando nuestros jóvenes asuman que su futuro está en sus manos y en las de nadie más, habremos puesto los cimientos para construir una mejor España.
En el Seminario del año pasado se habló de Shackleton, ¿qué valores de este aventurero podemos extrapolar a hoy día?
Compromiso. Propósito. Ambición por hacer algo grande. Idealismo. Pasión por hacer en la vida algo que merezca la pena. Shackleton es principalmente un ejemplo brutal de compromiso. Los líderes se comprometen, y lideran con el ejemplo.
¿En qué personas deben fijarse los jóvenes? ¿Qué líderes interesantes identifica hoy día?
Hay personas y profesionales que muestran el camino a seguir. Personas famosas como Rafa Nadal, que es un ejemplo para todos los jóvenes de espíritu de sacrificio y humildad. Familias de empresarios como la familia Cosentino, que son un ejemplo no sólo de innovación e iniciativa, sino fundamentalmente de trabajo, responsabilidad, humildad y compromiso con su tierra. Y muchas otras personas anónimas que todos conocemos, y que con su amor al trabajo bien hecho nos muestran que ése es el único camino. Tenemos que recuperar como sociedad el amor al trabajo bien hecho. Seamos ingenieros, empresarios o camareros, tenemos que dignificar nuestro trabajo y buscar la excelencia en lo que hacemos. Así construiremos la España del futuro.