¿Qué hacen más de un centenar de personas reunidas de noche mirando al cielo? A parte de disfrutar de la visión del cielo nocturno de Almería, este grupo de aficionados secundó la convocatoria realizada por el periodista Íker Jiménez de una nueva Alerta Ovni. Estos aficionados a la ufología y a los asuntos de misterio respondieron a la llamada realizada por el escritor e investigador Alberto Cerezuela, para reunirse este sábado en Castell del Rey.
El autor almeriense fue uno de los 26 corresponsales repartidos por todo el país del programa radiofónico Milenio 3, de la Cadena Ser, que fue el convocante de esta nueva alerta ovni, y contó cómo transcurrió la noche, en la que algunos llegaron a ver algo, otros, simplemente disfrutaron de una noche estupenda en buena compañía y con el gusanillo que siempre acompaña a los misterios.
El lugar elegido, según comenta Alberto Cerezuela, no es nada arbitrario. Este acantilado de la carretera del Cañarete es un lugar donde se han documentado varios avistamientos de luces desconocidas, ocurridos en los años 60 y 70. Uno de esos lugares mágicos que contribuyó a que la noche fuera aún más especial.
Una alerta ovni, explica Cerezuela, no es más que una ‘quedada’ para mirar al cielo y disfrutar con las estrellas, que secundan personas atraídas por lo enigmático. En un principio no hay ansias de ver objetos extraños ni de protagonizar contactos con otros seres, se trata de una oportunidad de compartir afición e inquietudes a la vez que se disfruta del frescor de la noche almeriense.
En total, cerca de 150 personas llegadas de todos los puntos de la provincia, a las que se les sumaron otro grupo llegado de Granada, sólo en Castell del Rey, ya que en otros puntos de la provincia como Calar Alto, Huércal de Almería o Fiñana hubo sendos grupos de buscadores de lo insólito, armados con prismáticos y telescopios con los que barrieron cada palmo del cielo.
En el Cañarete se vivieron momentos auténticamente misterioros. Una intensa niebla cubrió a todo el grupo durante unos 30 segundos, un primer aviso para lo que vendría después y provocó cierto nerviosismo entre los presentes; aunque la escena más recordada ocurrió en torno a las 3,50 de la madrugada, cuando varios de los participantes aseguraron ver unas «unas extrañas luces amarillentas aparecían y desaparecían a su libre albedrío, regalando diversos fogonazos de luz y color a los orgullosos y atrevidos espectadores que desafiaron al frío y a la naturaleza en Castell del Rey», explica Alberto Cerezuela.
Que esas luces amarillas sean en realidad ovnis es algo que no se puede comprobar, pero lo que sí se pudo refutar con total rotundidad es la experiencia vivida por quienes acudieron a la llamada realizada por Milenio 3, a quienes no se les olvidará la noche vivida en Castell del Rey.