Según explica el director del IEA, Rafael Leopoldo Aguilera, en la pintura de Rafaela Abad se puden ver líneas «de gran finura de base angular y la simbiosis del sendito surreralista y la luminosidad de la luz de la vida».
Son imágenes sobre lienzo que expresan la profundidad del alma y enlazan con la forma de vivir mediterránea, en las que se recogen la experiencia que la autora ha tenido a lo largo de sus viajes por el mundo.